Desde que nació Jessica no ha dejado de luchar para mejorar la calidad de vida de su hijo Alberto, que sufre una enfermedad degenerativa, llamada Leucodistrofia de Pelizeus Merzbacher, que lo hace totalmente dependiente de su familia debido a sus problemas psicomotores.
Hace unos meses, después de dar muchas vueltas y llamar a numerosas puertas, un conocido traumatólogo de Madrid se puso en contacto con Jessica para ofrecerle la posibilidad de intervenir a su hijo, para que pudiera volver a ponerse de pie y no permanecer siempre en la silla de ruedas. "La operación ha ido muy bien y con la ayuda de un andador especial mi hijo podría volver a recuperar la bipedestación y caminar", explica la madre.
Un andador, que no solo significa que Alberto se ponga de pie y pueda caminar, sino que tendría enormes beneficios para su salud. "Al estar erguido podría mejorar su función pulmonar y fortalecer los huesos y los músculos de su espalda o de las piernas. Sería un cambio drástico en su vida", asegura Jessica.
Sin embargo, al solicitar a la Seguridad Social la subvención de este producto ortoprotésico, valorado en 7.000 euros, Jessica se ha encontrado con una negativa. "Me dicen que no lo pueden financiar porque se trata de un artículo de lujo", lamenta.
Una situación por la que ya pasó cuando solicitó otro andador cuando Alberto era más pequeño. En aquel momento, pudieron hacer frente al gasto de los 3.500 euros que les costó un andador de segunda mano.
Sin embargo, las circunstancias económicas han cambiado y ahora el coste del nuevo andador es inasumible para esta familia, en la que el único dinero que entra en casa proviene del sueldo de su marido y una pensión de 400 por la dependencia de Alberto, que se va en tratamientos médicos. "Yo no puedo trabajar porque tengo que estar continuamente con mi hijo, es un gran dependiente y necesita siempre ayuda. Por desgracia hasta que no sea adulto no tengo la opción de que nos subvencionen la ayuda de un profesional para poder cuidarlo", explica.
Para tratar de obtener los fondos necesarios han puesto en marcha una campaña de micromecenazgo en la plataforma gofundme. "Luchamos para que la Seguridad Social valore a cada gran dependiente de forma individualizada para que puedan tener los recursos imprescindibles para mejorar su salud y su calidad de vida, lo que no tiene sentido es que se hagan valoraciones generales y se metan todos los casos en el mismo saco".
En su caso, no solo le han denegado el andador, también una cama articulada y una grúa para poder mover y manejar a su hijo ya adolescente. "Yo sola ya no puedo cogerlo y llevarlo de un lado para otro, pesa mucho y es imposible para mí hacer ciertas cosas sin ayuda extra".
Pero Jessica no es de las que se rinde. Hace unos años ya puso en marcha la Asociación Ludai en Denia, la localidad en la que reside, para reclamar los derechos de los grandes dependientes. "No queremos dar pena, nuestra intención es dar visibilidad al problema al que nos enfrentamos las familias que tenemos hijos con estas diversidades funcionales severas y se busquen las mejores soluciones para cada caso", asegura